Vienen siendo unos meses bastante difíciles los que me está presentando La Isla, lejos, muy lejos de lo que yo tenía en mi mente. Quizás porque venia con muchas ilusiones… objetivos muy altos, claros, y me choque con la realidad.
Pero como siempre, que mejor que contar los hechos para entender porque paso lo que paso y pasa lo que sigue pasando.
Yo no llevo la cuenta la verdad, no pienso tanto en eso, en esto de viajar uno se va haciendo “viejo” o “experimentado” supuestamente… Yo pequé por confiado, es la verdad. Quizás la experiencia venia dictando otra cosa, o todo se venía dando, fluyendo como rio que recién le llueven unos cuantos milímetros y esta con ganas de entrarle a las piedras.
Llegué a la isla después de vivir una experiencia en Centro América que me enseñó mucho.. Dos meses en Costa Rica me dejaron la sensación de que las ideas no bastan por si solas y querer hacer lo que uno sueña cuando el contexto te dice que no, no.. ¡no podes amigo!.
La idea de vivir en el caribe frente al mar, donde te levantas en patas, salís en cuero a tomarte un café con vista al mar, en donde se acerca un gato o un perrito a saludarte y decirte buenos días, pasó. Fue increíble, Cassie o Chelsea se encargaron de dar los buenos días, por las mañanas el mar rugía a 50 metros de donde vivíamos. Pero… siempre hay un pero.
La verdad es que me aburrí, me aburrí de estar mucho quieto, de no conocer gente, de no poder recorrer mucho, porque teníamos a cargo dos animales que dependían de nosotros para alimentar y tener compañía, de no tener plata para poder comer sano, o si quiera ir a tomarse unas birras al barcito del pueblo. Fue difícil aceptar que CR es sumamente caro y que está hecho para personas que vienen de países nórdicos con billeteras abultadas a vivir de vacaciones o de trabajos remotos.
Trabajar me despejó mucho la cabeza, me hizo conocer algunas personitas que marcaron el camino, y nos hizo entender que quizás el lugar donde estábamos viviendo era muy hermoso pero no era lo que queríamos ahora. Los planes son otros…
Cuando decidimos, si decidimos… hace un tiempo que dejé de viajar solo y empecé a hacer equipo con una gran persona que se anima a vivirla en viaje, que me hace muy bien, me propone locuras, se tira un par de pasos y se canta unas canciones con ese buen humor interminable, si la Rot.
Bueno, decidimos que había que cambiar de rumbo, volver a las Europas si queríamos llegar al objetivo.
Unos días después de haber comprado pasajes, conozco a la que va a ser nuestro angelito en CR, Anita. Amiga de mis hermanos, argentina que estaba en la zona viviendo y conociendo gente a 30 manos. Ella nos hizo conocer e integrar un grupo hermoso de personas, que nos dejaron unas ganas terribles de quedarnos un buen tiempo más. Y para no poner en duda más nuestra estadía, nos ofrecen quedarnos a cuidar a las peques (perrunas) un mes más, pero la decisión de irnos ya estaba tomada.
Ahí es cuando siempre viene mi amigo Ángel a recordarme lo poco paciente que soy a veces, y que siempre hace falta un poco mas de tiempo, darle una oportunidad mas a las cosas, esperar.
Bueno, no me sale tan bien..
La cosa es que nos vamos, puuuum. La Rot a La Isla, el Juan a USA para empezar a concretar un poco este sueño, esta ilusión que se fue construyendo, un proyecto.
La idea de seguir dejando mi huella constructiva en el mundo daba un pasito más, decidí comprar herramientas y empezar a viajar con ellas. Y que mejor que unas hermosas ofertas de herramientas yankis para tomarme un avión a ver a la flia, buscar las herramientas, festejar mi cumpleaños con mi hermana, cuñado y sobrina que estaban justo de pasadita por esos lados.
Lo de las herramientas salió genial, USA no defraudó a la hora de venderme cosas y aportar a mi bastante medido consumismo. Lo que sí me costó, fue llegar… una tormenta en NYC me dejo varado 3 días en aeropuertos, teniendo el peor viaje registrado en mi vida.
Pero se llegó, se compraron herramientas, se compró caja de herramientas, se ploteó la caja y la cargue en un avión después de haber tenido que hacer malabares en un aeropuerto, y gracias a la buena onda de las azafatas de tierra de TagPortugal, #lacallejera empezaba a viajar.
Llegar a La Isla (Mallorca) se venía cargado de muchos sentimientos, reencuentros con Rot, volver a comenzar una vida en España (que siempre sentí que no era mi momento de vivir en este país), comenzar a poner en funcionamiento esta ilusión, este proyecto.
Empezar a ver el proyecto carpintería, Juan el carpintero venia funcionando, hasta un día antes de tomar el ferry para venir a la isla estuve trabajando con la caja en Barcelona para los chicos de parking parquet.
La llegada a Palma fue una mezcla de sensaciones, entre no tener donde llegar porque básicamente llegué y estuvimos 6 o 7 horas en la calle esperando que nos dieran nuestra habitación. La Rot ya hacía un mes que vivía en la isla y había conseguido una pieza en un piso que no nos dejaban ingresar hasta pasadas las 14. Bueno, fue esperar con dos valijas, una caja de herramientas y mochilas en una plaza. Por suerte, teníamos una bolsita de pipas para matar el hambre.
Llegar al depto fue… UFFF!
Al principio difícil, volver a convivir con gente, no es que me moleste, solo que las cosas van cambiando, recordemos ese concepto de que me hago “viejo” bueno, algo así. Vivir con tu compi y 9 personas mas, tuvo su impacto.
Por suerte la gente, “los pipis” fueron super piolas desde el momento cero. Eso Hizo que la convivencia fuera sobre rueditas.
Mi idea era llegar y empezar a trabajar el día dos. Me ha pasado, de querer trabajar, mandar un mensaje por algún grupo de facebook y al otro día estaba calzándome los cortos para ir a alguna obra. Era la idea…
Cuando empecé a tirar algunas líneas laborales, con contactos amigos y todo, la respuesta fue, que si, que le encantaba lo que hacía, pero que los llamara en septiembre, en 30 días..
Si! 30 días. Yo pensé que era un poco exagerado. El hecho de que estemos en vacaciones (agosto) no significaba que nadie trabajara o que el mundo se detenía porque estaba lindo el clima para ir a la playita, pero claramente, así fue.
Mi búsqueda laboral se basó, en tirar líneas desde empresas de instalación y venta de parquet, inmobiliarias, grupos de Facebook, Milanuncios, Wallapop, hasta hacer panfletos y salir a repartirlos por la calle y edificios.
Pero nada che..
Y como de paciente tengo poco, empecé a buscar de otra cosa, onda camarero, que es básicamente de lo que mas se busca en esta época del año en un lugar tan turístico como este. Hice entrevista, me llamaron para empezar un sábado a las 6 de la mañana en el aeropuerto, pero la noche anterior decidí que no iba a renunciar a mi tan porfiada idea de trabajar solo de lo mío y no fui.
Pasaron las semanas, hasta que llegó septiembre. Ya casi en momentos de desesperación y aburrimiento empiezo a trabajar, empiezo a instalar parquet, que era lo que venia a hacer. La verdad que desde el día uno, fue todo muy raro, no voy a entrar en tema, pero básicamente la comunicación no fluía con la gente de la nueva empresa.
Dos semanas de trabajo, y no va que un jueves a la tarde me dicen que junte las herramientas en la furgoneta y que nos vemos en la oficina mañana a las 8. Oka, dije yo.
Volviendo a casa, nos damos con que las vecinas de abajo del piso se habían empezado a quejar de ruidos molestos, empezado porque nosotros recién nos enterábamos de que se estaban quejando pero en realidad hacia meses que venia esto. Lo que provoco que la inmobiliaria que nos alquilaba el piso nos diera un ultimátum jueves a la noche que teníamos que desalojar la casa.
O K A
Viernes, 8:17, llegando tarde a la oficina porque se me paso el bus, me informan que soy desvinculado de la empresa porque no supere el periodo de prueba, a la persona de administración que me dio la noticia “le sabia muy mal” decírmelo, pero bueno, que ninguno de los responsables directos había tenido los huevos de hablar de frente.
Vuelvo a casita, echado y por ser desalojado decidimos con los compis de piso bajar a empatizar un poco con los vecinos y a ver que carajos pasaba porque para nosotros no hacíamos taaaaanto ruido, ósea sí, pero tampoco tanto.
Bueno las vecinas no quisieron nuestra empatía, solo querían hablar una encima de la otra quejándose de que inquilinos anteriores a nosotros borrachos les habían roto la puerta con una llave, que supo vivir una familia de gitanos que hacia un escandalo y que se yo que mas quejas. Bueno señora, venimos a pedir disculpas y explicaciones, como que nos sentimos poco escuchados, pero eso nos sirvió, para poder decirle al ¨”cara de verga” que nos quería echar del depto, que habíamos solucionado el problema.
El italiano, pues obvio, no nos creyó, y se fue a hablar con las vecinas o eso creemos, la verdad ni idea porque no nos volvió a hablar más.
Bueno, la mañana mejoraba, no va que me llama una persona a la que le había escrito cuando sali de que me echaran del trabajo para decirme que fuera a trabajar en su empresa, que había pedido mis referencias y quería trabajar conmigo, Joooya.
Que arranque el finde! el domingo mucho mas tranquilos y con la liquidación en la cuenta de banco, compramos pasajes. PUM!!
Lunes me interrumpe el desayuno la llamada de la empresa que me había contratado para empezar el miercoles para decirme que se la habían pensado bien y que no me iban a contratar porque soy una persona que viaja mucho y que probablemente en algún momento me fuera de la isla e iba a dejar la empresa. A ver, tenía razón, por eso tampoco se la pelié tanto, pero tampoco es que me voy en 15 días, me voy en 5 meses o algo así. Para a mi que vio la historia de los pasajes comprados y unió cabos.
La cosa es que, sin trabajo nuevamente. A buscar de nuuuuevo.
Ya con mas de mes y medio encima, de trabajar muy poquito y encima en un ambiente muy choto, empecé a tirar de cualquier cosa. Pero con la misma cabeza.
No va que el mismo miércoles me contactan de una carpintería para hablar con migo, y ese mismo día me confirman que el lunes comenzaba, hoy es viernes, hoy estoy escribiendo esto, en teoría el lunes arranco. Toco madera.
Se dio bastante rápido la cosa.
Pero el punto no es ese, estoy escribiendo toda la cronología de hechos para contarte que hace unas horas estaba mirando una peli en la cama y decidí salir a la calle a despejar un poco la cabeza, sin música, solo.
A la calle, donde me siento muy yo, mi lugarcito, que por suerte hay en todos lados.
Y caminando ahí me bajo, me bajo un sentimiento de poder entender porque me pasa todo esto, porque estoy como estoy, siéndome mal. Me siento frustrado, porque yo quería venir a comerme el mundo, a trabajar, a demostrar que puedo ser un profesional en mi materia, que tengo las herramientas para hacerlo y las energías, pero La Isla me dijo que no.
Que no iba a ser como yo quería, que los tiempos los maneja ella, que nunca te olvides que seguis siendo un extranjero en tierras lejanas, que seguis siendo joven y con mucho que aprender, que las cosas muchas veces cuestan un montón, que muchas veces tenemos que hacer cosas que no nos gustan por el simple hecho de sobrevivir, que oportunidades hay un montón pero no son las que vos queres, o no las condiciones que pretendías. Que el mundo maneja sus reglas y vos no podés ir contra el mundo.
Me senti un estúpido, me senti que estaba sobrando, sentí que venía dejando de lado la humildad que siempre me caracterizo y la flexibilidad para poder adaptarme al entorno y poder disfrutar del viaje, de este puto hermoso viaje de vivir.
Empecé a pensar tantas cosas, empecé a sentir que los pies querían caminar mas despacito, observar lo que pasaba a mi alrededor, observar a la gente, los niños, los músicos en la calle, los edificios, sentí que me volvió el alma al cuerpo y que escribiendo estas líneas como que le doy fuerza al sentimiento.
Le doy el lugar que se merece en mi espacio, le doy lugarcito a volver a ser yo, a seguir siendo juandelacalle que ahora esta en otra, en una distinta, pero que los valores que represento siguen estando bien fuertes, que los miedos siempre van a estar pero que sirvan para seguir moviéndose. Que estoy solo y acompañado, que ser feliz con poquito se re contra puede, que no hace falta mas que un termo de agua caliente para levantar el ánimo, que bajar los brazos y abandonar no tiene premio.