Mientras viajo hago lo que me apasiona, construir. Te invito a conocer mis trabajos AQUÍ 👷🏼

Viajé en pandemia: COVID-19

miércoles 13 de mayo, 2020

El 15 de Marzo era mi fecha de partida, casi 9 meses antes había sacado mi pasaje de avión para empezar una aventura, una nueva vida, lejos de casa. Mi destino era Italia, con la intención de ir por mi nacionalidad, un pasaporte que abriera una puerta al mundo, una herramienta más que poder usar.

El plan era fantástico, llegaba por NYC, iba a ir unos 3 días a lo de mis tíos o mi tía abuela en Philadelphia, tenía entradas para un partido de los Philadelphia 76ers vs Raptors (actual campeón de la NBA) para el miércoles por la noche. El jueves viajaba a Orlando a ver a mi tío que estaba trabajando en el Circo du Solei en Disney e íbamos a ir a la avant premiere y cena de gala de la nueva obra que se estrenaba «Drawn to life». Volví a Philip el domingo para respirar un poco más de aire familiar y el martes ya me embarqué a mi destino en Italia, donde me esperaría mi Tía, mi prima y su novio.

Unos días antes de partir explotó todo!!

El Virus Covid19 había llegado de manera rotunda y la incertidumbre por mi viaje era enorme. Unos días antes ya me estaba escribiendo con mis familiares como para ver y tantear la situación, que hasta el momento no era tan alarmante. El domingo 15, me desperté con un miedo y una incertidumbre tan grande, a las 10 de la mañana salía mi avión, el día anterior me llegaban noticias y mensajes de familiares que me decían que no viajaría porque el riesgo era enorme. Mientras me comía el último criollito que probé ese día, sentado al lado de mi hermana Anita, que siempre estuvo incondicionalmente ahí. Decidí ir paso a paso, tratar de escuchar a Dios en ese momento, ver qué pasaba. Me la jugué. Vamos al aeropuerto, el primer paso. Muchos amigos estaban conmigo esa mañana en Teodoro para acompañarme en lo que fue uno de los viajes al aeropuerto más largos de mi vida, cabe aclarar que vivía a menos de 1 kilómetro.

Estaba muy nervioso, tenía miedo, pero el miedo no podía paralizarme. me hice muchas preguntas. ¿Por qué suspender ahora? ¿Estás seguro? Pero es muy inseguro? Pero tus planes? Y si me enfermo? Que significa perder tiempo? Es una frustración esto? ¿Es una prueba? Me despedí de mi gente, mis amigos y familia estaban ahí. Una vez que crucé al otro lado y estaba solo, pensé en ir a Buenos Aires y tratar de cambiar mi pasaje para ir más adelante. Tenía que hacer cambio de aeropuerto, así que tenía tiempo aun.

¡Ya fue! viajaré en otro momento.

Cuando aterrice, volví a prender los datos de mi teléfono y me seguían llegando mensajes de recomendaciones, de opiniones. Mi cabeza estaba muy saturada de información, mientras esperaba que apareciera mi mochila por la cinta llame a mi tío, Gustavo. El me iba a recibir estos primeros días en su casa, junto con su flia. Le explique mi situación, mi pregunta fue simple y clara: ¿Si llego a Estados Unidos, podré quedarme en tu casa, pese a todo este lío? no se cuanto puede demorar, no se si me voy a contagiar en el camino, no se si siquiera me van a dejar volar. Pero necesito saber eso. La respuesta fue muy simple y clara, esta es tu casa si así lo decidís. Agarre mi mochila, ya estaba decidido, vamos a continuar. Ahora llegó la parte en la que tenía que tratar de no infectarme, no tener contacto con nadie, no tocar nada. Investigué junto con mi hermana cómo era posible contagiarse, que recaudó había que tener, como limpiarse las manos. Estaba viajando con barbijo, que una amiga dentista me había regalado para la ocasión.

Hice el cambio de aeropuerto con Tiendas León, por suerte había muy poca gente y me senté bien alejados de todos. Llegué a Ezeiza, un par de horas antes de que saliera mi vuelo que hacía una escala en Houston para luego llegar a Newark – NYC. Ya era medio día, me crujían las tripas, todo el nerviosismo se me había pasado un poco. Así que pasé por Mc y me pedí una burguer para llevar, me senté afuera al sol para no tener contacto con nadie y respirar sin el barbijo puesto. Había dejado mucha gente preocupada, las personas que vieron mi cara sabían que algo no andaba bien. Así que me dedique esas 4 horas de espera a poner un poco de paños fríos, no solo para ellos si no para mi cabeza.

Cuando llegó el momento de abordar, unos 15 minutos antes de que se me hiciera la hora, entré al aeropuerto medio jugado con los tiempos pero así lo preferí. La gente no respetaba las distancias por ese entonces. Era mirar a todos lados para evitar contactos. Ahora la incertidumbre surgía si Estados Unidos me iba a dejar ingresar al país, porque estaban prohibiendo el ingreso a algunos países, la mayoría de los que tenían muchos casos de Covid19. Argentina no era uno de ellos pero la incertidumbre estaba a flor de piel.

Cuando llegó a inmigraciones, la cola era bastante larga por lo que decidí ir a las maquinas que puedes escanear tu pasaporte y pasar ya que no había cola en esa línea. No va que pruebo mi pasaporte y me da error, mis sensaciones para ese momento era que el más mínimo error y no viajaba. Estaba medio paranoico y las máquinas no estaban ayudando mucho tampoco. Una chica que estaba haciendo lo mismo que yo, también le dio error. Nos volvimos a la fila para ser atendidos por una persona cuando viene un oficial aeroportuario y nos pide salir de la fila, ya que si la máquina daba error era porque algún problema teníamos en nuestro pasaporte. Las bulucas que empecé a transpirar en ese momento eran enormes. Nos hicieron pasar por un puesto vacío, solo esa muchacha y yo. Paso primero ella, todo ok. Paso yo, la mujer que me atendió ni levantó la vista para mirarme o si lo hizo no me di cuenta, me selló el pasaporte y pase. Volví a respirar, un pasito menos.

Ya sin batería en el celu, me senté en el piso a recargar y esperar. Ya se estaban viendo algunos trajes en el aeropuerto. No va que medio me duermo y se me hacía la hora de embarcar, cuando miro la puerta a la que tenía que ir, estaba muy lejos. Empecé a caminar rápido para llegar. En mi puerta, la gente estaba amontonada, haciendo filas para abordar. Pero los pilotos estaban demorados así que el vuelo se iba a retrasar, quizás ahora que lo estoy escribiendo no suena tan catastrófico pero en ese momento, que nervios que tenía. Caminaba por el pasillo, lejos de la gente. Hasta que llegaron los pilotos como una hora más tarde nos embarcamos. United Airlines era mi aerolínea, la primera vez que viajaba con ellos, el avión nuevo, las pantallas, los auriculares, todo muy lindo y moderno. Pero desde el momento que me senté en mi asiento que por suerte estaba en el pasillo y la pareja que tenía sentados al lado no se acercaban bastante así que casi que no tenía contacto con la gente, sabía que no iba a disfrutar el viaje.

El peor vuelo de mi vida sin dudas que lo fue, la mayor parte del tiempo estuve con los brazos cruzados, no toque la pantalla en ningún momento, a penas si comí, el barbijo que estaba bastante incomodo, ya no me aguantaba ni el aliento. Esa noche tuve muchas pesadillas en los ratos que logre dormirme. Cuando aterrizamos, volvieron los nervios. Aduana norteamericana y en tiempos de pandemia. Hay muchos mitos sobre que Estados Unidos es muy exigente con sus controles aduaneros, la verdad que muchos son ciertos y en ese momento volvían todos juntos a mi cabeza.

Llega la mochila, y me voy a hacer aduana. Primero tenía que pasar el control policial, como yo estaba haciendo una conexión primero tenía que volver a despachar mi equipaje. En la fila mientras estaba esperando, de metido y ansioso le estaba sacando la etiqueta a la mochila pensando que le iban a poner una nueva, y a lo lejos me gritaba una señora que no lo hiciera que tenía que usar la misma. Despachada la mochila, voy a pasar el detector de metales con mi mochila de mano y las cosas que tenía encima. 5 veces pasé por el detector de metal hasta que me dejaron pasar. Primero me explicaron mal como separar la pc de la mochila, donde iba el celular. Muchos malentendidos entre la policía y Juandelacalle. Pasado eso se venia el control aduanero, el que me decía si me iban a dejar entrar realmente al país o no. El oficial después de algunas preguntas muy simples me sello y firmo el pasaporte y YA ESTABA ADENTRO!!

Lo que siguió después fue mucho más llevadero, estaba más tranquilo. Me senté a esperar mi próximo vuelo, saqué algunas fotos, cuando me di cuenta que en ningún momento me habían ni siquiera tomado la temperatura al entrar al país. Aborde mi último tramo, por suerte estaba sentado solo en la fila del avión. Cuando aterrice mi primo me estaba esperando en su auto para evitar tener que moverme en transporte público. Horas más tarde llegue a Wayne, a la casa de mis tíos a las afueras de Philadelphia. Pasaron los 15 días y por suerte el Covid19 no se hizo presente. Quizás viajó sentado conmigo, o al frente, no lo se. Ya se están por cumplir 2 meses que estoy viviendo en Estados Unidos, a la espera de poder seguir viaje, por suerte mi familia me. recibió de la mejor manera, les estoy muy agradecido.

Un viaje de esos que seguramente recordaré como el que más me costó llevar adelante.

Si te gusto, ¡comparte! 😉

Puedes continuar leyendo…

Mallorca 🇪🇸

La isla me destruyó

Vienen siendo unos meses bastante difíciles los que me está presentando La Isla, lejos, muy lejos de lo que yo tenía en mi mente. Quizás porque venia con muchas ilusiones..