Este personaje es ni más ni menos que la persona a la que Yo, Juan de la Horra, quería llegar a ser. Parece una flasheada importante, ¿Cómo qué querés ser 2 personas? ¿Cambiar de personalidad? Muchas veces ni yo me entiendo, pero qué mejor que citar a los hechos para poder entender mejor esta locura.
Los hechos..
Allá por el 2011 la inspiración llegó a mi puerta, la inspiración para viajar, conocer, aventurarse, salir de la estructura en la que vivía.
Quizás no lo sepan, pero mis mayores inspiraciones fueron mi hermana Anita y mi prima Celeste. Ese año ambas partieron al mundo solas para darse una panzada de aire fresco. El que recuerde aquel muchacho que no se sacaba la camiseta del inter con el 32 en la espalda “la vieri”, que siempre quiso romper barreras e ir contra la corriente. Nunca me sentí cómodo con lo que me proponían, con que solo hubiera las opciones que estaban a la vista. Ese muchacho tomó una decisión, decidí viajar.
Cueste lo que cueste yo quería hacerlo. Trabajé duro para poder juntar los fondos para encarar el viaje. Programe ese viaje con la ayuda de muchas personas que fueron mis mentores. Un poco más de un mes en Europa, allá por Julio de 2012, conociendo la soledad en su máxima expresión. Por más de que estaba rodeado de personas yo decidí no entablar relaciones o muy pocas, ¿Por qué? No lo sé, todavía no escribía lo que pensaba y sentía como lo hago día a día en la actualidad.
Festeje mi natalicio número 21 caminando por las calles de Londres con una birra en la mano, solo como un perro malo. Pero con una sonrisa enorme. Recuerdo haber llamado a mi casa desde un teléfono público para que alguien me saludara, y mi madre respondió aquel llamado ese día. Ese viaje significó el quiebre en mi vida, di un paso.
El Juan que regresó al país no era el mismo.
Volví, empecé a vivir de otra manera con el objetivo de viajar siempre en mi mente. Sabía que algo distinto había ahí afuera, algo que me había transformado. Seguí viajando, pero nunca más lo hice solo. Perú, Brasil, Francia, Canarias, EEUU, Canadá y mucho de Argentina tuve la posibilidad de recorrer, encontré grandes compañeros de viaje.
Pero en 2018, México me destruyó!
Un viaje con amigos y cada una de nuestras parejas marcó el quiebre. Desde mi primer viaje, siempre me gustó planificar. Desde estudiar la historia de los lugares donde iba, las comidas típicas, que lugares eran los más visitados y porque, planificar día por día como moverse, como optimizar el tiempo y el presupuesto. Tengo archivos de cada uno de mis viajes, algunos hasta tienen el listado de lo que fui gastando día por día. Un apasionado de la planificación previa. Poco más de 15 días por la rivera maya, en los que no me sentí del todo cómodo. Cualquiera que ha viajado en grupo conoce lo difícil que es coordinar personas. Y yo no estaba relajado, disfrutando de mis vacaciones como debería haberlo hecho. Padecí por muchos momentos el viaje, que finalizó con una salmonella y la internación de mi novia por aquel entonces por deshidratación. Al volver a casa, algo se sentía raro ahí adentro. Pasó mucho tiempo para que me diera cuenta. Creo que todavía no termino de comprenderlo por completo pero la vida me golpeó fuerte y me hizo despertar.
No sabía que quería, pero sabía que era lo que NO quería.
Tiempo después de separarme e intentar re-acomodar mi vida me subí a una camioneta con 3 amigos más y nos embarcamos en un viaje con destino la Patagonia. El Juan que solía planificar a detalle cada viaje, se había perdido. Fuimos armando el viaje a medida que íbamos sintiendo cada lugar, teníamos los destinos a los que íbamos a ir, pero no mucho más que algunas reservas que siempre se podían cancelar. Ese viaje me rompió toda la estructura que había en mi cabeza en torno a viajar, tuve tiempo para pensar, para estar solo en medio de la naturaleza, conectarme conmigo mismo, buscarme, encontrarme y volver a perderme. La simplicidad de relajarse y disfrutar de no hacer nada y solo sentir el aire que te pega en la cara, de una guitarreada, de algún imprevisto, paisajes, momentos, personas.
Y acá es donde empieza a surgir Juandelacalle, como una persona que puede ser feliz con poco, que se centra mucho en las relaciones, que ama viajar no importa si es solo o acompañado, que ama, que dice lo que siente, que comparte lo que ve, que es optimista aún en las dificultades, que es feliz con lo que tiene y agradece por eso.
Juandelacalle soy yo, tratando de ser feliz, aprovechando cada segundo que Dios me da en este mundo. Hoy decidí salir de casa, moverme. Los porqués son tantos y tan pocos, la búsqueda es tan grande y tan pequeña a la vez. Pero con un objetivo bien claro, ser feliz, ser quien quiero ser.
Hoy decido ser Juandelacalle.
20-04-2020 King of Prussia – EEUU